lunes, 29 de octubre de 2012

Con sabor a despedida


Todo principio tiene un final. Si bien es cierto que hay finales que se hacen esperar, lo bueno, si breve, dos veces breve. 

Pero si lo bueno, lo alargas demasiado, puedes cargarte el que fuera un buen producto. Y ese parece ser el camino que está siguiendo  How I Meet Your Mother (HIMYM). Una serie que empezó fuerte, con personajes que fueron madurando, presentándose e instaurándose entre nosotros. Con un guión basado en una idea original: contar a los hijos, 30 años después, como un padre conoce a la que hoy es su madre. 
Pero tantos chistes parecidos, tramas primas hermanas y temporadas insulsas, empieza a decaer, con el peligro que eso conlleva, desaparecer sin pena ni gloria.

Los personajes están cansados repetitivos, si en algún momento el inaguantable de Ted llegó a gustarme, ahora....bufffff.....para matarle. A Robin le falta la frescura del principio, la inocencia de ser la nueva, está pérdida. Marshal y Lilly han evolucionado conforme la serie, son entrañables y más de una vez nos provocan una carcajada, su trama de está última temporada nos está deparando buenos momento. Pero también son reflejo de un ciclo ya cumplido. Y llegamos a Barney, sin lugar a dudas, el alma de la serie, si siempre lo ha sido, ahora más que nunca. Y aún así, también es un personaje que pierde fuelle, que se asienta.

Destacar positivamente la recuperación de símbolos característicos de la serie, guiños a sus fans, paraguas amarillos, por ejemplo. Además, la construcción de las tramas ingeniosas, el último juego del último capítulo es una muestra de ello.

Es una serie que ha perdido la chispa que la convertía en una buena comedia. Demasiadas vueltas para contestar a la pregunta que titula la serie, y esto puede provocar que se pierda la razón de serie y se cierre la serie rápido y mal. Igual una vuelta de tuerca puede funcionar, pero seguir hinchando el globo para luego pincharse, sin más, después de 8 temporadas, cansa. Siempre promete, con unos primeros capítulos prometedores, que conforme suman y suman, defraudan al final. 



Tal vez una octava temporada sea un broche de oro a esta comedia. Sin ligar a dudas, y vistos ya 4 capítulos, si algo tienen en común es su sabor agridulce de un ciclo que ha expirado, un sabor a despedida porque como ya he dicho, todo principio tiene su final.


domingo, 28 de octubre de 2012

Pon un manicomio en tu vida

La espera ha terminado, tras meses de teasers, videos promocionales e incluso, haber podido ver los 5 primeros minutos, ya tenemos listos y visionados los dos primeros capítulos de la nueva American Horror Story: Asylum (AHSA). Analizados los primeros capítulos, puedo confirmar que la primera temporada, parte o inicio de este loquísimo proyecto ya está olvidado.

Es cierto, que hay caras conocidas en el reparto, pero interpretando personajes opuestos, diferentes y, sobre todo, lo más importante rodeados de un halo de misterio, inquietud y terror. 

El resultado de este cambio no es otro que la construcción de una nueva "serie" sobre un guión muy bueno, con un objetivo muy claro: que el espectador pase miedo (todo lo que quieras, hayas pensado que provoca terror, está en esta serie multiplicado por 100). 

Y, como he apuntado, es una serie coral que se desvanecería sin unos personajes construidos a la perfección, simplemente perfectos y en su justa medida. Haré un pequeño repaso individual, porque hoy sí que sí se lo merecen:
-Jessica Lange, como la hermana Jude, se sale. Se merecería hablar de ella no en un post, en un macro especial de varios días, semanas o meses. Qué actriz, que sensualidad, qué forma de actuar, dar miedo y a la vez disfrutar. Y está buena, pese a quien le pese, y tenga la edad que tenga. ¿Quién se acuerda ahora de Constance? Yo, no. Fan 100% de la Hermana Jude, fría, calculadora, mala, malísima, con ese toque inquietante, frágil en ocasiones.
-Lily Rabe, como la hermana Mary Eunice. Tonta, débil, manipulada, caótica. Es un festín las secuencias entre ambas hermanas, algo me dice que algo muy oscuro les unirá, será la parte seductora de la hermana Jude (ya se puede entrever en esa cena tan "romántica") o las nalgas de Mary Eunice, pero estarán más juntas, seguro. Y no me sorprendería.
- Joseph Fiennes, como el Monseñor Timothy Howard, recto, serio y, en el fondo, el creador de toda la barbarie, de todo el terro. Tiene una aliada en la Hermana Jude, que tarde o temprano algo le costará. Sabe lo que quiere y hará lo que sea.
- Evan Peters, como Kit Walker. He de decir que es el personaje que más me ha sorprendido por su diferencia con el "loco" anterior y su mayor protagonismo. Vive las secuencias más surrealistas de estos dos primero capítulos. ¿Algún sentido? No sé la verdad pero, ¿tiene, a caso, algún sentido esta locura de serie?
-James Cromwell, como el Dr. Arthur Arden. El malo, antagónica de la Hermana Jude, pero con muchos puntos en común. Son malos, una sutilmente (de momento, por lo meno), el otro de cara. Es malo y le gusta ser el malo, el sádico, el torturador. Lo sabe y lo disfruta.
-Zachary Quinto, como el Dr. Oliver Thedson. Conocido a Zachary en la piel de Sylar, es díficil no ver tras esa mirada a ese sádico asesino de Heroes. En esta ocasión, un personaje ambiguo, que todo apunta que se enfrentará con la Hermana Jude por las diferentes perspectivas que tienen a la hora de curar a sus enfermos.
-Y, por último, Sarah Paulson como Lana Wynter. La intrépida periodista, reportera cuyo afán por contar la mejor historia pone su vida en peligro. Su lucidez se mezclará con su locura. ¿Siempre ha estado loca? ¿La han hecho enloqueceder? ¿Escapará? ¿Será la hermana Jude más lista que ella, o podrá contar todo lo que sucede dentro de las paredes del manicomio Biarcliff.

Pero en una serie coral que no sería concebida sin sus secundarios, de lujo, añado. Los locos son verdaderamente hombres y mujeres idos, trastornados. El bruto Mark Consuelos, o la ninfómana Chloë Sevigny, simplemente fantástica. Como también es un disfrute la mujer amorfa e ida.

No dejo de lado otro aspecto esencial, el escenario, el manicomio Biarcliff. No existe lugar alguno tan terrorífico, espeluznante como un manicomio. Un psiquiátrico es el mejor lugar posible para poner todos los miedos sobre la mesa y hacer que los 45 minutos de cada capítulo sean una mezcla de terror, de no poder mirar, con esas ganas locas por ver el capítulo, de no poder quitar la vista de la pantalla.  Un sinsentido, pero uno más dentro de esta serie, obra maestra.

Visto los dos primero capítulos, puedo confirmar y afirmar y que esta serie tiene cuerda para rato. Es un disfrute, un gustazo, a pesar del miedo, del gore, de la bestialidad, es una serie con mayúsculas, con interpretaciones buenísimas y un guión creativo. Yo pongo un manicomio en mi vida, aunque suene chungo que te cagas. 

Que haya muchas series así, y que yo las vea.


miércoles, 17 de octubre de 2012

Empieza el espectáculo


Hace mucho tiempo que no tenía tantos nervios por volver a ver una serie. Por su originalidad, su sorpresa y porque parece que lo que nos presentarán en unas horas, nada tiene que ver con lo que ya hemos visto.
American Horror Story: Asylum promete, por los teaser que hemos ido viendo las últimas semanas o los 5 primeros minutos que ya se han podido ver en la red (reconozco que no he sido capaz de verlos), ofrecernos un producto con la esencia de la primera temporada pero totalmente renovado. Un reto, desde luego. Hoy podemos decir que sí que sí, empieza la verdadera temporada televisiva. Ha habido muchos estrenos, muchas vueltas, pero hoy es el día. POR FIN!!!!!


Nos ofrecerá grandes interpretaciones traídas de los grandes que repiten: Jessica Lange, Sarah Paulson, Evan Peters; Lily Rabe; Frances Conroy o Zachary Quinto_NOTA MENTAl: Es escribir estos nombres y más y más nerviosismo….

La verdad que relatar las razones por volver a ver esta gran producción, serie con mayúsculas, son infinitos. La interpretación de Jessica Lange encabezaría esa hipotética lista. No creo que tardemos mucho tiempo en olvidar a Constance Langdon, y hablar de la madre superiora del asilo.

O ver cómo se multiplica el miedo al elegir como escenario, nada más y nada menos que un psiquiátrico, el zenit de los escenarios más terroríficos. Cualquier cosa que pensemos, que ideemos, no os preocupéis que estará lejos de la realidad que veremos a partir del primer capítulo, que se emitirá esta noche en EEUU.

Pero hay más, no solo los que repiten, sino los incesantes nombres que se estrenan en la ficción de Murphy: Adam Levine, Joseph Fiennes, etc. Ya digo que el éxito, las ganas de volver a verla, va más allá de los personajes que veremos.

Es esa sensación de miedo mezclado con intriga. Esa sensación de gore, brutalidad, mezclado con sensualidad, elegancia. Son ingredientes que hace de esta serie, ya no una serie de culto, sino una serie de verdad, sin patochadas, a lo grande. Es un miedo con mayúsculas. Terror en estado puro. Hacer comparaciones es imposible, no existe, ni creo que haya existido, ficción similar.

Esta noche vuelven las malas, las putas, las guarradas, el terror, el cine hecho televisión. Habrá nueva temporada, casi con total seguridad. Historias nuevas que vertebran sobre una idea única: el terror. Tanta expectación, ni los niños la noche de Reyes. Que sean todas las noches como la de hoy. Microondas encendido, palomitas preparadas, que empieza el espectáculo.





lunes, 15 de octubre de 2012

El día mundial del salto a lo anormal

Casualidades o no, al final, lo bueno se hace esperar y sucede casi a la vez. Me desligo, por un día y sin que sirva de precedente, porque la ocasión lo merece (la actualidad manda, en jerga televisiva) de una serie, pero aprovecho mi humilde altavoz para comentar los DOS hitos de la televisión, por lo menos, por ayer. Seguro que mañana hablaremos de otra cosa, así es la actualidad, igual de importante que de efímera_NOTA MENTAL_Lo que voy a comentar bien es digno de una buena serie televisiva, cualquiera de los dos acontecimientos con lo que me enrollo a continuación.

Ayer, 20.00 de la tarde hora española, se produjo un momento histórico, un austríaco fue creador de la imbecilidad más grande de la historia, de un hito que explica cuánto anormalismo hay en España, Europa, y en todo el mundo. Bueno, el caso es que el elemento, el hombre este en cuestión, decide tirarse en caída libre desde 39 km, desde la estratósfera. ¿Para qué? Para superar nosecuantos retos y hacerse notar. Al fin y al cabo, decir que llevas 5 años de tu vida dedicados a esto, no me digáis que un poco anormal, desde luego, es. Aun así, un éxito de audiencia y, por un día, todos eramos expertos de la estratosfera, amantes del espacio y aplaudidores de esta hazaña. Aunque firmo dónde sea para que todos los días las noticias que abran los telediarios sean tan gilipollas y sumamente simples como las de hoy: (en titulares) “un tío se ha tirado desde el espacio y hace frío”.

Que no lo niego, hazaña fue, pero gilipollas, también. 39.300 metros / 39 kilómetros de anormalismo mundial. Y, como es el mundo, que pequeño y facilón, que ese mismo día también es especial por un programa typical spanish, no lo digo yo, que así se vende el mismo: tetas, chiringuitos, verano, playa, alcohol y sexo.

Pongámonos en antecedentes, desde hace varios meses, llevamos escuchando rumores, denuncias, un continuo ‘run run’ y todavía no había sido estrenado. Gandía Shore arrasaba donde pasaba, donde se mencionaba.

Coincidencia, o no, en el día mundial del salto a lo anormal, ayer noche, vio la luz en la MTV española. Y también arrasó en audiencia, todo quede dicho.

¿Qué decir de este programa? Nada bueno. NO hay descripción posible. Ahí reproduzco una foto que se ha podido ver estos días en el twitter oficial del programa. Cuánto dice por sí misma. Cuánto.


FUENTE: Twitter oficial de Gandía Shore @gandiashore

Bueno descriptible honestamente es, he sido demasiado categórico: una facilona mezcla de chonis y macarras, encerrados en una casa, en pleno verano, pudiendo hacer lo que les venga en gana. No hay expulsiones, ni nominaciones. Simplemente la realidad, vestida de televisión. Los ingredientes están servidos, el cóctel es explosivo. Pero ni llamativo, ni sorprendente.

Creo que nadie a estas alturas de la película se sorprendió al ver este nuevo ‘reality show’, perdón ‘docu reality’. Ya se había anunciado que no había censuras y, por no haber, no había ni límites razonables. Hubo, en sus dos primero programas, de todo, pelea de “gatas” incluida. Y como esto es televisión, me temo que lo peor está por llegar. Bueno, lo peor no, lo más sexual, hot, caliente. Así funciona hoy en día el negocio. Tampoco es que me importe, pero criticable, es.

No es una crítica al sexo, oye todo el mundo es libre, y si quieres que te vean, oye, todo el mundo es libre. Mi crítica va hacia el formato, hacia esa “pseudo” realidad totalmente ficticia e irreal. Y mi crítica va más bien hacia un temor, cada día más real, de que esa realidad no sea "totalmente ficticia e irreal". Es decir, que lo que refleje este programa no sea una “pseudo” realidad guionizada, sino que de verdad, salgas a la calle y encuentres semejantes chonis y mazonanosmacarras cuya máxima es: “Yo aparte de músculo y tal, lo que quiero entrenar es el rabo", no lo exagero, 100% real y dicho por uno de los protagonistas, un joven que jura llamarse Labrador. Perro, desde luego, que parece que es. Por lo que dicen sus creadores, ficción hay poca.

Eso es lo criticable, no el programa en sí, puro divertimento, ni lo que sale en él, ¿dónde no vemos hoy en día unas tetas? Hasta en Ana y los 7 aparecían, y pocas series/programas en la televisión española son tan pastelosas o casposas. Bueno sí, Stmos Okupa2, pero esa es otra historia, que si tengo fuerza y ganas (está prácticamente ya extinguida) hablare en un futuro próximo.

Hemos visto mil y un formatos en la televisión actual. Sorprender, pocos lo harán, pero creo que esta anormalidad supera y cruza todos los límites. El entretenimiento, el sexo sin censura, el alcohol desenfrenado. Realmente no es lo que critico porque no me sorprende. Menuda fama estos que cardan la lana. Como decía, mil y un formatos, cien por cien hechos para la televisión como “mujeres y hombres y todo eso”, o “gran hermano”. Incluso versiones modernas y evolucionadas, pero bien tratadas, bien guionizadas, bien hechas películas, como el “quien quiere casarse con mi hijo”, sabes que es mentira, y por eso, no te importa. O te importa menos. Pero cuando sabes cada vez más a ciencia cierta, que es más docu que reality, te dan ganas de llorar. O de matar, según el día.

Gandía Shore pretende divertir y ser reflejo de la realidad,  dicen no ser valor de la juventud, lógico; pero sí reflejarla, lo decía Laura Abril, vicepresidenta editorial de MTV Spain, en la presentación del “docu-reality: “No va a haber censura. Miramos el toque de entretenimiento, pero siempre desde el sentido común. Además, no queremos ser referente de valores de juventud, como mucho, mostrar un reflejo de los jóvenes de nuestro país”.

Sí esto es un reflejo, creo que es mejor que rompamos el espejo. Prefiero 7 años de mala suerte, que ser cómplices de este reflejo de la juventud.

jueves, 11 de octubre de 2012

Swbuwagsen pim pam pum

“Swbuwagsen pim pam pum” podría formar parte del guión en The Neighbors, la nueva comedia de ABC. Bueno, no lo sé, de momento mis dotes de guionista dejan mucho que desear. Fantasmadas aparte, la nueva comedia es una serie que parece haber pasado desapercibida entre tantos grandes estrenos y grandes vueltas, pero que enganché hace unos días y que es verdaderamente un placer.

Aunque me detracto, desapercibida igual no es la palabra, en su premiere cosechó grandes datos de audiencia. Por lo que parece ser que no soy el único que, por lo menos, ha visto su capítulo piloto. Expectante estoy de ver el segundo. Preparadito, esto es como una montaña rusa, nunca se sabe si subirá o bajará. Añadir un apunte trascendental, la premiere de esta nueva comedia vino precedida de la vuelta de la comedia por excelencia de la cadena de Disney, Modern Family. Aunque en su segunda semana, The Neighbors ha volado en solitario y se ha mantenido, no se ha estrellado.

Volviendo a la comedia, es una serie simple, llana, sencilla. Con un argumento 100% claro desde el minuto uno, sí, están hablando de extraterrestres, sí, son verdes y monstruosos pero, sorprendentemente,  no, no dan miedo. Y nos lo dejan claro desde el minuto uno, no hay engaños ni cebos, y aún así, tienen algo que engancha. Tal vez sea la gilipollez, el absurdo, las tonterías, o bien sea por su forma de llorar, de hacer el amor, de mostrarse cariño, o de hablar, que esta comedia atrae al espectador. Pretende, y creo que consigue, salirse de los tópicos, de la risa fácil y de lo habitual, y precisamente, en el factor sorpresa está su éxito. Y, en el fondo, hay una intrahistoria, una historia que subyace a las gilipolleces, una historia que nos cuenta las relaciones personales entre el hombre y la mujer, padre y madre, hermanos y hermanas.

Los actores son buenos, cómicos, absurdos, porque hacen reir. Dan lo que se les pide, y lo que les pide este producto. Hace bastante tiempo que una serie no me provocaba carcajadas, igual soy una presa fácil, pero a mi me divirtió mucho, ya digo que estoy expectante por ver el segundo capítulo. Tiene carrete e historia para largo y nos va a dar mucho juego y mucho de que hablar. Dos mundos diferentes expectantes de conocerse el uno al otro: hablamos de situaciones cotidianas convertidas en verdaderos hechos extraordinarios, véase coches vs naves espaciales; comidas tradicionales vs comidas extraterrestres o niños normales vs niños extraterrestres.

Además, punto a su favor, la duración. Un capítulo de 20 minutos intensos, donde cada escena vale, cuenta para la historia y no te sobran minutos_NOTA MENTAL Insisto y “requeteinsisto” en la necesidad de hacer ver a los mandamases de nuestras televisiones en España que más de 50 minutos de una serie, o es muy muy buena, o aburre, temporadas hiperlargas (de más de 30 capítulos) y con capítulos de más de una hora, son insostenibles, demacran un buen producto, pero llegaré más adelante_

Críticas aparte, The Neighbors es una comedia diferente y divertida, que nos envuelve en un ambiente nuevo de extraterrestres verdes, viscosos y que hacen gracia, no provocan miedo. Cuyas situaciones son inverosímiles, su forma de actuar irreal y su realidad 100% ficción. Puestos a inventar, a decir chorradas, a engrandecer el absurdo, "asviwagsen pim pam pum". No me hagáis repetirlo, que ya lo dice el dicho: "haberlas, haylas".

lunes, 8 de octubre de 2012

Abiertamente enamorad@

Hay amores que matan, hay amores reñidos y hay amores públicos y abiertamente reconocidos. Así explicaría mi relación, sentimiento hacia The Newsroom, la nueva serie de Sorkin, un Dios para unos y Satán para otros. A mi, abiertamente lo reconozco, me ha ganado, me ha hipnotizado. El ritmo que plasma, la forma de pasar del amor al odio, de la risa al drama. Sólo él me lo ha provocado. Nota mental: ese “sólo” es exagerado pero claramente, y necesariamente, necesario. Reconocer que una serie te hace llorar es maricón al 100%, y eso me ha provocado The Newsroom con un capítulo 4, impresionante, SIN PALABRAS.

Ya no solo por incluir un temazo de Coldplay, si no por la manera de plasmar el ritmo frenético de una última hora, de una mala noticia que inunda la redacción, nubla la vista de los periodistas y hace escribir lo que queremos por vender periódicos y no lo que se debe. Por plasmar ese temple para contar sólo la VERDAD. También hay que reconocer que eso no pasa, ni ese ritmo, ni ese temple, ni esa cordura en la realidad de una redacción.

Las series son ficción, una ventana a disfrutar, a soñar con imposible y a jugar al “y si fuera” o “y si hubiera hecho”. No pido realismo 100%, no estoy viendo un reality, no pido declaraciones de intenciones, sabemos de qué pie cojea el amigo Sorkin. Pido entretenimiento, personajes que transmitan, que enamoren. Que nos pongan. Y eso me proporciona The Newsroom. Placer, entretenimiento, atracción. Un cóctel perfecto, para una noche perfecta en la que abiertamente reconoces: “estoy enamorado”.

sábado, 6 de octubre de 2012

Érase una buena historia


Siempre he escuchado que segundas partes nunca fueron buenas. Tal vez, por ser la excepción que confirma la regla, en esta ocasión Once Upon A Time vuelve y ya sí que es para quedarse. Tras la novedad que supuso hace un año, con un argumento que combinaba a la perfección un mundo mágico y de fantasía con el mundo real, una temporada in crescendo y un final casi casi “para comer perdices”, no auguraba nada nuevo. Historia contada, desarrollada y acabada es presagio de que nada nuevo puede venir.

Mea culpa, me he equivocado. Aunque sea precipitado hacer un juicio tan rápido, con tan solo ver la premiere de la nueva temporada de OUAT, creo que la historia tiene cuerda para rato. Los personajes están totalmente adaptados, engrasados y encajados los unos con los otros. Sigue jugando con la ambigüedad, hay personajes malos, malísimos, y buenos, buenísimos, y personajes que bailan entre dos aguas, el bien y el mal, según el sol que mas calienta.

El ensamblaje entre temporadas ha sido limpio, sin estridencias, ni saltos inexplicables, una continuación lógica a una historia que, aunque parecía agotada, tenía mucho que contar. Tiene un problema, que querer contar tanto puede perder el hilo y presentarnos temporadas insulsas, que siempre pasa lo mismo y siempre acaban igual. NOTA MENTAL_Me estoy desviando de mi destino hacia lo que claramente le está pasando a la ambiciosa, y luego poca cosa, Falling Skies, pero ya llegaré a ese momento.

También me parece un acierto no querer meter con sacacorchos y sin lógica alguna, algo inexplicable, la magia, en un mundo 100% real, sin desviar la mirada, ni perder el mundo, estamos ante una serie de ciencia-ficción. Pero también es una serie de acción y, sobre todo, de entretenimiento viviendo esos cuentos clásicos que generación tras generación, y pase el tiempo que pase, siempre perduran: la Bella y la Bestia, Blancanieves, Pepito Grillo, etc. De nuevo, insisto, es un cuento hecho serie, pero no deja de ser un cuento, y como tal, desde este foco hay que analizar esta serie.

Ese es uno de los grandes fuertes de esta ficción, sus personajes, tan logrados y conseguidos, cada uno en su papel, sin grandes protagonismos, ni grandes estridencias. Me permito la licencia de pedir, por pedir que no quede. Me gustaría mayor vida a Regina, un personaje fantástico, de mala malísima. Pero mala, malísima, de cuento, con sonrisa por delante y maldad por detrás. NOTA MENTAL_ Predilección absoluta hacia la femme fatale, la mujer mala y vengativa, pronto os daréis cuenta.

Los vestigios de bondad de Regina espero que sean espejismos, estrategia de poder. La oscuridad ha vuelto a Storybrooke y espero que a lo grande. No hay cuentos sin maldad que vencer y brujas que temer. Larga vida a Regina, larga vida a The Evil Queen.

jueves, 4 de octubre de 2012

Misterios, enigmas y fantasmas

Por fin, tras una larga espera, vio la luz una de las grandes apuestas para esta temporada televisiva. En un día complicado, con la vuelta de la gran premiada en los Emmy, Homeland, el domingo se estrenó la “niña bonita” de la cadena estadounidense ABC: 666 Park Avenue. Una serie de terror, siguiendo la estela, a grandes pasos por detrás, de la gran vencedora de público y critica la pasada temporada, American Horror Story, brillante serie terrorífica de Ryan Murphy. NOTA MENTAL- Ya está disponible el primer tráiler de lo nuevo, simplemente magnifico, sin uñas hasta el próximo día 17.

Volviendo a la serie de terror, bueno, de miedo, de ABC. En 666 Park Avenue saben bien lo que tienen y a qué pueden jugar. El inicio/argumento es sencillo, nada del otro mundo. Una casa en mitad de Manhattan, señorial y, en principio, nada terrorífica. En principio digo, porque enseguida descubrimos que sus dueños son la pareja Doran, Garvin y Olivia Doran (Terry O’Quinn y Vanessa Williams) y aunque, aparentemente, parecen una pareja de la alta sociedad del Upper East Side, sus miradas enigmáticas y poses estudiadas, hacen presagiar que nada bueno se esconde tras las puertas del número 999 de Park Avenue. Y entre tanto, al edificio llega una joven pareja que conseguirán hacerse con el trabajo de administradores de la finca. Y ahí, está todo el pescado vendido. A partir de ese momento, comenzamos a conocer a alguno de los inquilinos de tal majestuoso y enigmático edificio: el portero, una niña “especial”, una pareja (dominante y dominado), un hombre solitario,etc.

Es una serie, desde luego trepidante, en ritmo y evolución de la historia. Todo lo que ves construye la historia, lo que se agradece, porque no pierdes el tiempo. Está construida a la medida de Terry O’Quinn, que brilla en un papel que le encaja (o hace que encaje, más bien), como anillo al dedo- un vestigio, para nada improvisado, del recordado John Locke de Lost-. Vestigios del pasado siempre son agradecidos cuando además vienen acompañados de una dama como Vanessa Williams, a la que, seamos sincero, le falta recorrido, papel, ganas, más historia. Pero tiempo al tiempo, en un capítulo, mucho hemos visto ya.

Sobre el resto de personajes, no me paro demasiado, de momento, porque no hacen más que dibujar el perfil de Garvin Doran (Terry O’Quinn). Espero equivocarme y tener que dedicar a cada uno un post individual, si se lo merecen, lo escribiré, por supuesto, pero de momento, ni Dave Annable, ni Rachel Taylor destacan ni para bien ni para mal. Casi casi, ni Vanessa Williams, que repito, quiero más, aunque no sé es porque me marca su personaje en una de mis series fetiche, lo reconozco, me refiero a la fantástica Renee de Desperate Housewives.

Además de los personajes, lo nuevo de ABC nos ofrece escenas bien cuidadas, estudiadas, aunque un terror previsible y descafeinado, lejos del gore y atrevimiento de AHS, porque eso es otra historia, es Murphy. En esta ocasión nos encontramos con tópicos del miedo más adolescente y familiar: fantasmas, juegos de luces, portazos y una escena de ascensor que asustar, asusta, pero que es eso, descafeinada. Un quiero y no puedo.

Y esa estética yupi/pija brinda a la historia un halo de glamour que bien ayuda a darle un toque chic a una historia de terror que no pretende inventar el género, si no entretener. Al fin y al cabo, sin grandes pretensiones eso le pido a una serie, que me entretenga. Creo que 666 Park Avenue lo consigue, de momento.

Destacar, por último, especialmente el mimado y cuidado de ABC por esta nueva “criatura”, argumento e historia perfectamente guardados para producir en el espectador precisamente lo que busca: un sentimiento espontáneo e inesperado. Y sin duda, está clarísimo que la cadena de Disney apuesta por esta serie porque la programa uno de los días más duros de la televisión estadounidense, el domingo, con series potentes y asentadas como Homeland, Dexter o, en unas semanas en antena, The Walking Dead. Eso sí, no hay puntada sin hilo, y la nueva serie de terror viene arropada por dos grandes buques insignia ya de ABC Revenge y Once Upon a Time. El próximo domingo veremos cómo se desencadena este compendio de misterios, enigmas y fantasmas. La espera ha terminado, veremos si valía la pena.